El desarrollo espectacular de los populares «logotipos» ha sido constante durante las últimas décadas, a raíz de la importancia de la comunicación visual con respecto al lenguaje tradicional.
Algunos de los aquí recogidos han tenido una vida muy efímera, y otros todavía están vivos hoy, debido a sus circunstancias muy diferentes.
Logotipos que, además, y en contra de lo que uno piensa, no deben valorarse en términos del gusto o las preferencias de nadie. Existen estándares de legibilidad y consistencia que cualquier buen logotipo debe observar para ofrecer lo mejor de sí mismo al proceso de comunicación.