Una de las zonas más nobles y visitadas de la ciudad estaría durante un largo período en obras. Se construía el aparcamiento subterráneo de la Plaza de España y se aprovechó la valla de la obra para difundir el conocimiento sobre ese importante lugar. Era el epicentro de las más importantes reformas ubanas de la ciudad en esa época a caballo de los siglos XIX e XX.
El lugar en el que desaparecían las murallas defensivas, el lugar en el que el lobby cultural de la época lograba amnistiar del derribo parte del convento de Santo Domingo y el lugar en el que se dibujaba la importante expansión de la Pontevedra contemporánea, con la Alameda del arquitecto Sesmeros.
Durante bastantes meses, el socavón de la obra estaría rodeado de una valla que se convertiría en un itinerario cultural de divulgación y conocimiento. Para eso diseñamos unos soportes poligonales irregulares que se fabricaron en madera de chapa náutica resistente a la humedad, dispuestos alrededor de la valla y forrados con vinilo impreso. Estos soportes fueron reutilizados con posterioridad en diversas exposiciones de calle, como puede contemplarse en otras galerías, creando una importante economía de recursos.
Aquí aparece una referencia sobre el contenido de la muestra, con fondo documental elaborado por el director del Archivo Municipal, Enrique Sotelo.